Una gran epopeya histórica con aires de leyenda. La historia de una ciudad sometida que anhelaba la libertad y del hombre que luchó por alcanzar ese ansiado milagro. Amor, ambición, secretos, venganzas y traiciones se entrelazan sobre el fondo de una época oscura y fascinante.
En el siglo IX, Barcelona se encontraba en los confines más lejanos del Sacro Imperio. Gobernada por los francos desde la distancia, la ciudad, de apenas mil quinientas almas, se había convertido en una tierra abandonada, asolada por intentos de conquista de los sarracenos y las hordas salvajes, y sometida a la tiranía de unos nobles corruptos que explotaban a sus habitantes.
A esa tierra maldita llega el joven obispo Frodoí. Recién nombrado para el cargo por el rey franco, su destino se asemeja más a un castigo que a un honor, pero algo en su interior, la rebeldía y ambición que le soninnatas, le lleva a aceptar el reto y viajar hasta allí acompañado por una comitiva de colonos, que anhelan una nueva oportunidad en la última frontera.
Su primera impresión no puede ser más desoladora, pero pronto caerá rendido a los encantos de una enigmática dama, la noble Goda, que ama la ciudad por encima de todo. Juntos iniciarán una lucha estoica por dotar de un linaje sucesorio propio a esa tierra dejada de la mano de Dios. Y también contarán con la ayuda del valiente Isembard de Tenes, de noble cuna; y de otras personas humildes como la ingeniosa Elisia, la tabernera, que intentarán sacar a Barcelona del foso de desesperanza que parece ser su único destino, aunque para ello necesiten emplear todas sus fuerzas, su inteligencia y su fe en un Dios que parece empeñado en darles la espalda.
Con la escrupulosidad y la imaginación de los grandes narradores, Juan Francisco Ferrándiz nos traslada a una época oscura, a una ciudad vencida que apenas conserva su dignidad y a la lucha de unos hombres y mujeres que se dejaron el alma por conseguir la libertad y la prosperidad de lo que entonces era, para todos, una tierra maldita.