«Estudiar una figura histórica no es tarea que se agote en investigar sus hechos y conexiones (...). Hay algo más; algo a lo que ya no puede llamárselo tarea, si se habla con propiedad, pero que incorpora y organiza los resultados del trabajo, haciéndolo fecundo, y es el momento de la pura intuición, que nos entrega de un golpe la individualidad del hombre (...). Sin eso no podemos decir que lo conocemos. (...) Confieso que si yo no hubiera encontrado la mirada de Jovellanos a través de la balumba de sus escritos y de la suma de sus actos, no estaría en condiciones de interpretar su personalidad.» Los temas variadísimos y el entrecruzamiento constante de las líneas de investigación de esta cincuentena de reflexiones que ahora se publican con motivo del bicentenario de la muerte de Jovellanos confirman la riqueza en la diversidad y el rigor en la exploración de los gestos, de los ademanes, de los que hablaba Francisco Ayala; en definitiva, de la mirada múltiple y cómplice que observa al personaje estudiado. La variedad temática de estos estudios da precisa medida de la actividad intelectual, diversa y abierta, de Jovellanos a lo largo de su vida, desde los aspectos biográficos a los asuntos vinculados con su dedicación a la justicia, a la ciencia económica o a la literatura, así como a la construcción de su imagen desde la posteridad y la recepción de su pensamiento. Censor, filólogo, lector, economista, decidido interventor en política cultural? son perfiles que complementan en estas páginas la imagen más habitual del escritor, el magistrado, el historiador, el educador o el político, y que superan las añejas calificaciones del «patricio», del «prócer» o del «polígrafo», en una efeméride que ha vuelto a poner de manifiesto la atracción que desde múltiples disciplinas y enfoques sigue ejerciendo la figura de quien fue quizá el principal de los ilustrados españoles.