Esta obra pretende ofrecer al lector una imagen de Dios que se acerque lo más posible a lo que es la Realidad Suprema. Debemos prescindir de las escenificaciones de un Dios excesivamente antropomorfo o ginomorfo, muy poco distinto del hombre o de la mujer, creador de todas las desgracias que se ciernen sobre los mortales: las tormentas, los volcanes, las conmociones cósmicas, las guerras, los sufrimientos, las hambrunas, los crueles conflictos interhumanos? Estas consideraciones, utilizadas con excesiva frecuencia en la Biblia, son la mayor causa del ateismo, del alejamiento de Dios. Un Dios así no interesa ni existe, porque Dios, sobre todo, es Amor. Esta Singularidad Generatriz es presentada como existente detrás de todo aquello que ocurre en el mundo y que en modo alguno proviene del Dios verdadero. La Suprema Sabiduría no debe seguir siendo presentada como ?el tapagujeros? o ?la aspirina? o como el aminoramiento de los males ante los cuales el hombre siente su impotencia para remediar las desgracias humanas.