¡Desde luego que sí! ¡Se nos nota que salimos de las manos del Dios inconmensurable! Así, no es de extrañar que cabalguemos alegremente, a lomos de nuestra heredada desmesura, por playas y montes, por ríos y mares, por océanos y espacios. A galope, disfrutando de lo lindo, compitiendo, jugando, investigando, franqueando confines, holgando y riendo. Así, para nuestro desarrollo y alegría. Pero habrá que reconocer, para nuestra desgracia, que este brioso corcel se escapa sin brida ni control y se convierte en cimarrón montaraz y silvestre que se adentra en locuras y descalabros: lo que se inició en sana competición se exaltó con estimulantes. Lo que empezó en juego acabó en ludopatía. Lo que se abrió a la investigación se afianzó en orgullo y negación de un más allá ?orilla habitada por Alguien. El libro va de entreverados confines, innata desmesura humana que nos empuja a reventar nuestras costuras de mil maneras: investigando, soñando o, más triste aún, resignándonos en la angostura del pequeño huerto conocido, vendando el corazón. ¿Qué hacer, si mal acabaron algunas osadías? ¿Habrá horizontes más allá del televisor, la pantalla del ordenador o la tableta? Escrito por un psicólogo, no faltarán pistas para conocernos y... ¿sanarnos? Aun así, tan ancestral enfermedad del ?seréis como dioses? y la tentadora manzana no se curó con trabajos ni partos dolorosos. Jesús quiso moderarnos con sus Bienaventuranzas, que no pudimos escuchar porque ese día estábamos distraídos. JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ-MARTOS, jesuita y psicólogo clínico en ejercicio, ha sido durante 40 años profesor de Psicología del Desarrollo en la Universidad Pontificia Comillas. Visita cárceles desde hace muchos años. Sigue siendo colaborador asiduo, con numerosos artículos, en las revistas Sal Terrae y Manresa. Ha escrito varios libros sobre violencia, madurez humana, sexualidad... En esta editorial ha publicado Cuidar el corazón en un mundo descorazonado y ha colaborado en Ser sacerdotes en la cultura actual.