México, Sierra Madre Occidental. Celso es designado re-presentante del dios del viento, de acuerdo a los sueños de los cahuiterus o sabios. Junto con veintiocho integrantes, emprenderá una de las tradiciones más antiguas y vitales para la integridad de la cultura indígena huichol, la peregrinación al desierto de Huiricuta. Su misión: instruirse en el códice de la naturaleza, recrear el drama de la creación cuando los ancestros moldearon el paisaje, ofrendar en jícaras votivas las peticiones de su pueblo a los dioses con el fin de mantener el equilibrio de las fuerzas cósmicas y para llevar a la comunidad el peyote, cactus sagrado. Los relatos de Celso en Huellas del abuelo fuego son destellos sobre la condición actual de un itinerario que ha sobrevivido cinco siglos de intolerancia y hostigamiento. Actualmente el positivismo y el monoteísmo judeocristiano siguen empeñados en erradicar las raíces del México profundo. Un progreso mal entendido devasta el paisaje y los sitios sagrados a un ritmo vertiginoso, poniendo en peligro este legado trascendental en el patrimonio de la humanidad.