Ataurique, es el nombre de los paneles decorativos que pueden verse en las paredes de los monumentos árabes. Desarrollan motivos vegetales geométricos, a veces en forma calada, a modo de celosía.. El ojo del espectador puede recorrer sus líneas, pasando de uno a otro módulo infinitamente, como una forma de concentración mental. En este caso, se trata de una bellísima tela de araña que deja atrapados en ella a los amantes, que aun conscientes de ello, no saben, o no quieren salir de allí. Está basado en una historia real, de la que se han extraído algunos datos para recomponer otra historia, con distinto final. Iris, una mujer mayor, cae inesperadamente en la bañera, quedando inmovilizada. Es verano en Buenos Aires. El edificio donde vive está medio vacío porque los vecinos se han ido de veraneo. Intenta levantarse pero no tiene fuerzas para poder hacerlo. LLama pidiendo ayuda y nadie la escucha. Espera que la rescate una amiga, que tiene la llave del piso y con la que está en contacto diario. Mientras tanto, empieza a evocar toda su vida, desde su nacimiento en Asunción del Paraguay, pasando por su adolescencia en Buenos Aires, su juventud en Nueva York, sus viajes, o su estancia en España. Sobre todo, piensa en el gran amor de su vida, el diplomático sirio Fuad, con el que vivió los momentos más intensos de su vida. A través de sus experiencias, se reviven momentos trascendentales del siglo XX; la época de las dictaduras en América del Sur, los prolegómenos del mayo francés del 68, los conflictos de Oriente Medio, o la muerte de Kennedy. Sus encuentros en distintas ciudades del mundo, brindan un panorama cultural de la época, especialmente, su periplo por Andalucía, que marcará una huella indeleble en sus almas. En los diálogos, pueden apreciarse las formas locales de hablar. Aparece el lenguaje rioplatense, el madrileño, el andaluz, o algunas palabras y frases en árabe.