El sabor del tiempo es un poemario que desafía a los impulsos de lacotidianidad: ese ritmo monótono asumido con desenfreno, presteza yreincidencia y que impide el disfrute de lo esencial. Con una energíamuy viva y con notable frescura, sus páginas recrean un escenario queensalza la metamorfosis de la naturaleza humana: la infancia, lajuventud, el silencio, la soledad, la belleza, las circunstanciasvitales, las añoranzas, el transcurso de la edad, el desconsuelo, elvínculo eterno por las raíces que le dan una seña de identidad anuestra memoria, las promesas quebradas, la nostalgia, laincertidumbre, el fracaso Porque todas las personas sentimos lavelocidad de la vida, aquello que deja huella, permanece o se marcha,tal vez, para siempre. Y con ello aprendemos lecciones que deparan ensentimientos nobles, tras recorrer caminos pasajeros, cuando no haydemora ninguna debido a la rapidez de los acontecimientos, queimpiden, por la vorágine del día a día, detenerse y saborear el tiempo que tenemos para llevar una vida más rica y plena.A través de un lenguaje íntimo trazado como el fluir de una sinfoníaentre el verso y la prosa, nos encontramos una realidad poética que se revela a sí misma para ser conscientes de lo efímero que es el serhumano ante la derrota por lo inevitable: la fugacidad del tiempo.