Desgraciadamente, en las últimas décadas ha disminuido mucho la participación en las celebraciones religiosas. Es un fenómeno compartido con otras partes del mundo occidental que nos preocupa a las personas de fe, y particularmente a los pastores. En la disminución de la participación de los cristianos en las celebraciones sin duda influyen causas diversas. En todo caso, hoy es una tarea pastoral importante redescubrir los valores en que se sustenta la fiesta del creer, en orden a promover e intensificar la vida celebrativa de la comunidad cristiana, y en especial la celebración de la eucaristía, momento cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia. Y considerando también la disminución del número de sacerdotes y la imposibilidad de celebrar la eucaristía dominical en todos los núcleos de población, es también tarea pendiente la promoción de las celebraciones dominicales en ausencia de presbítero (CDAP), atendiendo a lo que nos pide el Concilio Vaticano II (cf. SC 35, 4). Nuestra primera aproximación a las CDAP nos llevará a rastrear su presencia en distintos documentos eclesiales. Después subrayaremos los valores que las hacen recomendables y valiosas, valores propios y esenciales de la vida cristiana que, aunque se realizan de una manera eminente en la eucaristía, también se hacen presentes en las CDAP. Luego ofreceremos la experiencia de estas celebraciones en la diócesis de León. Se trata de un campo prácticamente inexplorado, con una ausencia significativa de estudios. A continuación haremos un balance general, a partir de las experiencias conocidas, de los valores, las carencias y los riesgos de estos ritos. Más tarde presentaremos varios testimonios sobre el significado de la oración, de la Palabra de Dios y de la recepción del Cuerpo de Cristo. Se añade otro sobre lo que está significando este ministerio para un moderador. También se ofrecen algunos materiales catequéticos sencillos y manejables que pretenden aportar ayuda para la educación en los valores que encierra la eucaristía y de los que participan también las CDAP. Por último destinamos un espacio a una serie de subsidios litúrgicos. Finalmente, en un apéndice, se encuentra el guión de la celebración. Aunque ya existe un ritual que lo contiene, puede resultar cómodo y manejable contar con él junto con todos los materiales que integran este volumen. Esta obra no busca tanto la investigación cuanto la divulgación, y por tanto no va destinada preferentemente a especialistas. Su afán es pastoral y divulgativo, y lleva el sello de una persona que cree y que quiere compartir su fe y su empeño en hacer de las celebraciones -y en particular de las CDAP- espacio para la oración y para el encuentro de la comunidad cristiana, formas muy valiosas de celebrar el día del Señor, momentos para alimentarse de la Palabra de Dios y comer el Pan eucarístico, y, en fin, impulso para una vida cristiana más auténtica y significativa.