La República de Weimar fue escenario, durante la década de 1920, de la mayor inflación que registra la historia europea contemporánea. A lo largo de cuatro años, los precios subieron de forma tan vertiginosa que hicieron necesaria la enfebrecida fabricación de papel-moneda y la multiplicación casi inverosímil de los medios de pago. En 1923, cuando el tipo de cambio con el dólar alcanzaba los 4.200.000.000.000 marcos, la República de Weimar prácticamente se vio reducida a una economía de intercambio: joyas por productos básicos como el pan, una entrada para el cine por algo de carbón, una botella de parafina por una falda de seda. Combinando el análisis con numerosos testimonios de la época, Adam Fergusson narra el fracaso de una generación europea -incapaz de comprender el alcance de sus actos y las consecuencias de la destrucción de las clases medias- y el irresistible ascenso al poder de los regímenes autoritarios. Un libro lleno de relevancia para nuestra época.