¿Cómo lograr que la escuela fomente en el alumnado la capacidad para cuestionarse y analizar con criterios propios la realidad y mantener vivo el interés por aprender el resto de su vida?¿Queremos personas capaces de definir su propio proyecto de vida o individuos que se dejen arrastrar por fuerzas ajenas a sí mismos? Este debate ha estado ausente en la sociedad española pese a los últimos avatares legislativos. El autor apuesta por una escuela democrática de características radicalmente distintas a las actuales, capaz de responder a los numerosos retos que plantea la sociedad del conocimiento. Una escuela que garantice el éxito escolar y una educación de calidad para todos, organizada en torno a la persona que aprende y no en torno a la persona que enseña; capaz de sacar del actual estado de atonía la participación de profesores, alumnos y padres en el control y gestión de los centros sostenidos con fondos públicos. El libro se completa con varios estudios de casos que demuestran el grado de viabilidad práctica de las propuestas que se plantean y analiza si la LOE es una respuesta a los retos de los nuevos tiempos que nos toca vivir.