En los últimos años se ha producido en los medios de comunicación un considerable aumento de los conflictos entre el derecho al honor y a la reputación y la libertad de expresión. Nunca ha existido tanta cantidad de información disponible, a través de tantos medios y para tantas personas como la que existe en la actualidad. El creciente poder de influencia de los medios de comunicación ha traído consigo una mayor repercusión de las informaciones que divulgan, pero también un mayor alcance y gravedad de los perjuicios que puedan llegar causar al patrimonio moral de las personas aludidas. En ese incremento de las intromisiones ha influido de forma destacada la feroz competencia entre los distintos medios por la audiencia, lo que ha propiciado el nacimiento, especialmente en la televisión, de un nuevo fenómeno, el de la unión entre información, espectáculo y entretenimiento, y que lleva aparejado (parece que de forma inevitable) una rebaja en el rigor y en el grado de verificación de aquello que se difunde.