En este libro hay una referencia continua y latente a las intuiciones de Nietzsche sobre el cuerpo y a sus acercamientos hermenéuticos, los cuales permiten ofrecer una perspectiva abierta y novedosa de la hermenéutica en general y, de manera especial, de la hermenéutica educativa. Desde este modo de concebir, el ser humano se significa como un texto nuevo, encarnado y contingente, y por ello la cultura puede ser considerada como un escenario no instrumental y pasional. Las consecuencias tienen que ver con la resistencia al mundo vigente y, de manera especial, con la afirmación de la vida humana en los espacios y tiempos educativos. Un grupo internacional de destacados autores -del campo filosófico y pedagógico- se enfrentan en este libro al reto de la exigencia de renovación semántica convocada, y lo hacen desde una perspectiva crítica y sincera de trabajo en común, que se inspira en diversos modelos epistemológicos, algunos de tradición más europea y otros situados en la inquietud postcolonial.