Jesucristo nació en una aldea del mundo romano durante el Principado de Augusto. Desde los núcleos orientales del Imperio, inmerso en el gigantesco proceso de la romanización, el mensaje cristiano se extendió por el Mediterráneo occidental, alcanzando África latina, Italia, las Galias y España. Hacia el año 200, Tertuliano aseguraba que el Cristianismo estaba presente «en todos los ámbitos de las Hispanias». Se difundió así la doctrina evangélica, expresada primero en griego, idioma conocido en la cuenca mediterránea, y luego en latín, convertido en lengua oficial de la Iglesia. Desde el siglo i al xxi, de una forma u otra, la historia de la Iglesia se ha entreverado con la historia misma de España, de suerte que es difícil o imposible entender ésta sin aquélla o aquélla sin ésta. Las grandes gestas hispánicas en América y en Europa; las acciones políticas y militares; los triunfos y fracasos; la política internacional y la interior del país, y también la vida cotidiana de los españoles, han tenido a lo largo del tiempo, se juzgue como se juzgue, connotaciones cristianas, patentes en la historia de la cultura y de modo especial en la historia del arte. Los excesos y radicalismos -clericalismo, anticlericalismo e intolerancia- muestran también este mismo signo. Es por ello de sumo interés ofrecer, como hace este libro, una visión resumida y puesta al día de la historia de la Iglesia en España, fruto de la colaboración de prestigiosos especialistas. En él se exponen los logros y problemas de la Iglesia desde los primeros tiempos hasta hoy.