Una historia de matones de discoteca, narcos y un periodista que no debía estar allí.
«En la casa del colombiano encontraron dos pistolas, una escopeta recortada, un hacha de carnicero, una sierra, algo de cocaína, tres teléfonos móviles casi prehistóricos y 19.000 euros en siete fajos de billetes arrugados, escondidos tras un cajetín de la luz. Pero lo que más inquietó a Velasco, lo único que le alteró el pulso, fue una habitación sin ventanas, con todas las paredes, el techo y el suelo forrados de plástico, como el que se usa para proteger los muebles cuando se va a pintar. No había ninguna brocha en la casa. La habitación estaba limpia y completamente vacía, salvo por un cubo. El cubo estaba lleno de ácido sulfúrico».
31 noches es un mes de agosto que empieza y acaba en ese cubo, que está esperando un cadáver para disolver. Es una historia corrosiva, sumergida en las tripas de una discoteca, la sala Premium, donde un periodista se ve arrastrado en una trama de narcos, matones de discoteca y deudas pendientes en la noche de Madrid. «Soy de los que dicen que no soportan la violencia, de los que se creen incapaces de hacer daño a una mosca. Aquel verano descubrí que no es verdad».
El joven periodista Ignacio Escolar debuta con esta turbadora novela en el mundo de la narrativa con el acierto, pulso y claridad de ideas a los que nos tiene acostumbrados en sus trabajos como columnista y analista político. Impecable en su ritmo y desarrollo, demoledora en su retrato de la realidad que nos rodea, el género negro cuenta con una nueva obra de referencia.
Reseñas:
«Los finales de los capítulos, siempre dejando al lector con la miel en los labios, la convierten en una lectura trepidante. Los personajes están bien urdidos, los diálogos son chispeantes, el suspense va en aumento, toda la narración destila una fina ironía plagada de referencias a los medios de masas, y el protagonista -y narrador- es un periodista, alter ego del autor, lo cual beneficia a la verosimilitud de la historia.».
Care Santos, El Cultural de El Mundo
«Un debut de raza, una historia ya estructurada en firme -ocupa tajantemente un mes de agosto- que se mueve con soltura y logra atraer al lector poco a poco, sin descanso».
Efe Eme
«No hay compasión en la escritura de Escolar, no hay redención posible para sus personajes, la acción y la omisión condenan a cada uno de ellos: el asesino, el contrabandista, el policía corrupto y el periodista que no denuncia [...]. No hay salida en la novela; a través de su relato, Ignacio Escolar escenifica la decadencia de un tiempo presente en el que los valores se pierden,se disuelven y el cinismo se impone».
Anna María Iglesia, Revista Culturamas