Argimiro es un personaje etéreo y misterioso; a veces impalpable, tenue y sutil y al mismo tiempo sublime, también a veces intangible y poco definido, creado por el autor, con la facilidad y la capacidad de trasladarse y viajar en el tiempo, haciéndose visible para los demás según convenga. Argimiro era de España, la Hispania de los romanos, una persona de hoy día y siempre anheló conocer la historia de la antigua Mesopotamia y todas las civilizaciones que se crearon y desaparecieron del Creciente Fértil y que se formaron y vivieron allí. Su misión en esta obra literaria es informarse lo mejor posible, sobre el terreno, para después contar todo lo que aconteció en aquellas tierras del Creciente Fértil o Media Luna Fértil a partir del año 4.000 a.C. y que abarcaba Mesopotamia, Asiria, Siria, Palentina y Antiguo Egipto e incluso la isla de Chipre. Después de Mesopotamia marchó al resto de países que forma el Creciente Fértil, con los mismos propósitos, contando de cada lugar lo que aconteció en la Antigüedad, al objeto de que sean recordados los orígenes de la Humanidad, quiénes somos y de dónde venimos. Argimiro toma amistad con algunos los personales de esos tiempos de la antigüedad y sobre todo con Beroso el Caldeo, sacerdote principal del templo de la Esagila, consagrados al dios Marduk y su consorte, en Mesopotamia y con Zenón de Sidón, a los que interroga para sonsacarles la realidad que les tocó vivir y que irá plasmando en su bloc de notas que servirá para confeccionar esta novela histórica y de fantasía por las creencias de las personas que las poblaron y que irán dando forma con los datos que va recogiendo y también con su aportación personal.