Una Iglesia que solo es capaz de verse a sí misma como santa no tienecapacidad para confesar su culpa y su pecado. Este es el punto departida y la convicción que anima estas páginas, su meta y supretensión es ayudar a poner los medios para evitar la ocultación y el silenciamiento de sus faltas. Desde el inicio del tercer milenio, laIglesia ha perdido credibilidad por no reconocer sus culpas. La únicamanera de revertir esta tendencia consiste, si pretende ser fiel alevangelio, en arrepentirse de sus pecados, confesarlos y convertirse.Ante ella se abre un largo camino de penitencia y de renovación. Unacrisis como esta representa una oportunidad para dejar que Dios actúeen la Iglesia con su gracia y su misericordia. Solo así ella podrátestimoniar de forma creíble la santidad que la habita y acoger sinmiedo su condición pecadora.Con todo, la Iglesia católica, inspirada por el concilio Vaticano II,afronta el reto de no solo realizar declaraciones solemnes, sinotambién de llevar a cabo acciones concretas que atestigüen suverdadero arrepentimiento. Julia Enxing es profesora de teologíadogmática en el Instituto de Teología Católica de la UniversidadTécnica de Dresde (Alemania).