La vaguedad en muchos casos produce indeterminaciones en la aplicación del Derecho. Esas indeterminaciones son significativas y plantean desafíos a la teoría del Derecho y a la adjudicación. A causa de que el Derecho es vago, los jueces no pueden siempre decidir los casos dando efecto a los derechos y obligaciones jurídicas de las partes. Y no pueden siempre tratar del mismo modo a los casos similares. En este libro, Timothy Endicott defiende y explica estas tesis, y se enfrenta a la amenaza que parecen plantear al ideal del imperio de la ley. Al hacerlo, él sitúa estas controversias de la teoría jurídica en una nueva faceta, usando argumentos de la filosofía del lenguaje para ofrecer una explicación de la incertidumbre que por la aplicación de expresiones vagas surgen en los casos marginales. Estos argumentos son usados para ilustrar cuestiones de Derecho y no sólo del lenguaje jurídico: los recursos lingüísticos y no lingüísticos del Derecho son comunmente vagos. El libro ofrece una nueva articulación del contenido del ideal del imperio de la ley. Argumenta que la prosecución de justicia y del imperio de la ley no depende de la idea de que las exigencias del Derecho son determinados en todos los casos. La resolución de disputas sin resolver es un deber importante de los juces, un deber que es por sí mismo un componente esencial del ideal del imperio de la ley.