Partiendo de la mitología griega relacionada con el dios Pan, del que se deriva ""el pánico"", este estudio analiza los fenómenos colectivos contraponiendo concepciones psicosociales y psicoanalíticas con las teorías sistémicas y de juego. Cuando súbitamente se desmorona el orden social, cuando el estupor paraliza las conciencias y los cuerpos quedan como petrificados en su lugar o, al contrario, se lanzan a una desenfrenada carrera sin rumbo, se dice que ""cunde el pánico"". La palabra que damos a estos momentos de desorden se deriva de Pan, el dios griego de los pastores, mitad hombre, mitad macho cabrío, paradigma de la Arcadia, donde podía resurgir en cualquier momento la barbarie contenida en la polis. El autor invita en este estudio a volver a los orígenes míticos del pánico, porque importa averiguar si el fenómeno del pánico es otra cosa que un mito. ¿Cómo se mantiene unida una sociedad? ¿Por qué las crisis que la desgarran no degeneran en desórdenes generalizados? La diversidad de las respuestas desde las ciencias sociales es correlativa a la dificultad y complejidad de estas preguntas. Según la concepción de Dupuy, la dificultad reside en el hecho de que el lazo social es esencialmente invisible. La sociedad se mantiene unida ""por sí sola"", es decir, más allá o, mejor dicho, más acá de la voluntad de los individuos, que sin embargo actúan para constituirla. Esta idea atraviesa la filosofía política decimonónica desde Benjamin Constant y Alexis de Toqueville y se acentúa en el holismo socio-lógico y en el estructuralismo, que introduce el concepto de lo simbólico para designar un orden trascendente, una especie de subconsciente colectivo fuera del alcance de las personas. Si el lazo social es invisible, hay más oportunidades de percibir sus efectos cuando se deshace. Después de un balance comparativo de los estudios psicosociales de campo realizados en Estados Unidos y en Francia sobre el pánico en relación con catástrofes y de los trabajos teóricos sobre situaciones de pánico en relación con el mercado, el autor compara la psicología de la masa de Freud con la teoría de la mimesis de René Girard. Finalmente, en ejem-plos como el pánico de mercado y los movimientos de bolsa, se muestra que los modelos de alternancia entre estabilidad e inestabilidad de la sociología cuantitativa llegan a resultados más acertados que las teorías piscológicas que buscan las razones de los fenómenos colectivos en las profundidades del alma.