La tesis doctoral El nacimiento del municipio de El Ejido. De las primeras elecciones democráticas al cambio político (1979-1991), dirigida por Rafael Quirosa-Cheyrouze, tiene como objeto analizar, con un criterio científico y académico, cómo se produjo el singular nacimiento del actual municipio de El Ejido, singular por haber sido un capítulo conflictivo e irregular, desarrollado en la historia reciente del Poniente almeriense entre 1979 y 1991, que llegó a enfrentar a familias y a provocar divisiones internas en algunos partidos políticos. Un proceso que, por otra parte, no podría haberse llevado a cabo sin la llegada de la democracia, tras la muerte del general Franco, y en el marco de derechos y libertades que trajo la aprobación de la Constitución. Un estudio que no se ha limitado a realizar una historia institucional y política que se ciña a una mera exposición de los documentos oficiales. Por el contrario, se ha planteado un trabajo que recoge el recuerdo, la memoria de quienes vivieron y protagonizaron los acontecimientos, destacando, por tanto, los numerosos testimonios orales. Es necesario explicar que El Ejido en los setenta ya era el pueblo de mayor auge de la provincia debido a su gran desarrollo agrícola con la aparición del enarenado y el invernadero, pero paradójicamente carecía de Ayuntamiento, servicios e infraestructuras, y fue por ello por lo que sus vecinos iniciaron un arduo proceso para solucionar esa situación, desplazando a un segundo plano las raíces históricas en las que se fundamentaba la unión con Dalías. Este esplendor agrícola, que de forma paralela trajo un importante crecimiento de la población y de su poder adquisitivo, tuvo como consecuencia inmediata el origen de una nueva realidad, de un pueblo moderno, con solvencia, recursos y medios económicos suficientes para atender a los fines que imponía la Ley para la creación de un Ayuntamiento propio, capaz de organizarse y funcionar independientemente. Pero surgió, especialmente, el ""sentimiento de municipio"" entre los ciudadanos, que los llevó a luchar por su identidad propia. Hasta la celebración de las primeras elecciones de democráticas municipales de 1979 se había mantenido sigilo en este tema, desoyendo a la demanda popular ejidense. Ese mismo año se inició el proceso cambio de capitalidad y, posteriormente de segregación, propiciado por la sociedad civil, y culminó en 1991, cuando se produjo un giro de signo político en las urnas. En esta fecha se puede asegurar que El Ejido y su gente quedó consolidada como municipio tras conseguir durante dos mandatos poner en funcionamiento a la nueva localidad en todas sus facetas, la administrativa y la sentimental.