La finalidad y el contenido de este libro es dar cuenta de la espiritualidad de una mujer del siglo XVII para el público del siglo XXI. A lo largo de varios siglos Mary Ward fue malinterpretada por la Iglesia católica. No se la reconoció como fundadora religiosa (Instituto de la Bienaventurada Virgen María - Damas Inglesas) hasta comienzos del siglo XX y hasta el Concilio Vaticano II su comunidad no pudo realizar su intención primera de crear una congregación autónoma de mujeres con la misma forma de vida, constituciones y objetivos apostólicos que la Compañía de Jesús. Mary Ward ha dejado un legado espiritual único, todavía relevante hoy día. A lo largo de los breves capítulos de esta obra la autora parte de una cita original de Mary Ward para desarrollar su investigación. Es una espiritualidad no solo válida para miembros de Órdenes religiosas. Por el contrario, abre el significado de la presencia de Dios para todos los creyentes, hombres y mujeres, y ofrece una valiosa perspectiva para su vida de fe.