Esta monografía investiga el desarrollo del teatro venezolano en los años 70. La década se caracterizó por llevar la experimentación teatral a extremos que culminaron en un período de crisis y su quiebre total en los ochenta. Esta trayectoria se puede explicar por el uso indiscriminado de la violencia – ya sea psicológica, física, o verbal – como recurso para la acción teatral. La violencia marcó a todos los ámbitos de la vida social, política y cultural venezolana de entonces: el teatro la adoptó como metodología de trabajo, con consecuencias de diversa índole.
El presente estudio elabora una taxonomía inédita de las obras teatrales de este periodo, que crea entre ellas un sistema de relaciones y las pone de relieve. El método de trabajo es mixto. Primeramente, se elabora una genealogía que toma como principio la teoría de Michel Foucault y permite agrupar a los autores por movimientos estéticos y epistemes. En segundo lugar, se utiliza un método crítico-dramático, crítico-escénico y crítico-literario a partir del cual se desarrolla un estudio general de la dramaturgia venezolana de los setenta. Del mismo modo, el libro expone y define las primeras fuentes a la teoría de los fractales en el teatro.