Los años 1927-1928 en que Fernando Villalón (1881-1930) y GerardoDiego (1896-1987) cruzan las cartas que ofrece esta edición en su casi totalidad inéditas, ambos poetas viven situaciones a la vez parecidas y muy diversas. A los 46 años, Fernando Villalón acaba de vender susúltimos toros y se encamina a la ruina económica, mientras GerardoDiego es, desde 1920, catedrático de Literatura Española en elInstituto Jovellanos de Gijón. Como si el fracaso profesional hubieradinamizado su vocación literaria, Villalón publica en 1926 un primerlibro: Andalucía la Baja. No bien lo descubre, Diego redacta unareseña, a la vez crítica y elogiosa, y la publica en La GacetaLiteraria. Este texto en que el poeta santanderino anima al «poetanovel» a «vestir definitivamente el traje de luces», es para Villalónun poderoso incentivo para seguir adelante y tomar conciencia de sutalento poético. El epistolario de Fernando Villalón y Gerardo Diego,a pesar de su brevedad, nos hace vivir desde dentro la relaciónamistosa y literaria de dos grandes poetas del 27, la eclosión de dosde las mejores revistas de la famosa generación (Carmen y Lola y Papel de Aleluyas) y un momento clave de la poesía española del siglo XX.La relación amistosa y literaria de Fernando Villalón y Gerardo Diegoa través de dieciséis cartas salvadas del olvido.Fernando Villalón (Sevilla, 1881-Madrid, 1930), conde de Miraflores de los Ángeles, fue ganadero de toros bravos. Su ideal criar toros tantemibles como aquellos que lidiaron Pedro Romero y Pepe-Hillo en losalbores del siglo XIX lo condujo a la ruina. Pero lo que perdió elganadero, lo ganó el poeta. Durante tantos años de andanzas portierras de Andalucía la Baja, marismas y orillas del Guadalquivir, sin olvidar las estancias en su amada Sevilla, Villalón almacenó en sumemoria y sensibilidad paisajes, colores, perfumes, canciones,semblanzas, hasta que brotó la necesidad de convertir esas sensaciones e impresiones en poesía. Gerardo Diego (Santander, 1896-Madrid, 1987) es uno de los más afamados poetas de la llamada Generación del 27.Tanto su lírica poesía de «expresión» como su vanguardista poesía de«creación» testimonian de la variedad y riqueza de su obra. Confesó en un prólogo: «Yo no soy responsable de que me atraigan simultáneamente el campo y la ciudad, la tradición y el futuro, de que me encante elarte nuevo y me extasíe el antiguo». La música ocupa un lugarrelevante en las diversas facetas de su poesía, que sea esta deinspiración religiosa, paisajística, amorosa o taurina.Jacques Issorel (Marsella, 1941). Catedrático honorario de laUniversidad de Perpiñán Via Domitia e Hijo Adoptivo de Morón de laFrontera (2018), ha dedicado gran parte de su labor docente einvestigadora a la poesía española. Es autor de varias ediciones de la poesía de Fernando Villalón. Ha sido también editor de obrascolectivas sobre Antonio Machado, Rubén Darío y Luis de Góngora.Recientemente ha publicado, junto con Juan Diego Mata Marchena, Labiblioteca de Fernando Villalón: hombre de campo y poeta (2022).