Los Balcanes, se han convertido a lo largo de la última década del siglo XX en sinónimo de violencia. No era, sin embargo, la primera vez que zona del sudeste de Europa concentraba la atención mundial por ser escenario de crueles conflictos; también durante gran parte del siglo XIX la historia balcánica se vio sacudida por una serie de guerras en las que se mezclaban los sentimientos nacionalistas, de los pueblos de la región, con los intereses de las grandes potencias. En los comienzos del siglo XXI, el horizonte de la paz sigue sin perfilarse claramente. Demasiados errores y ambiciones de muchos '''irresponsables'' políticos han ido jalonando las etapas de una barbarie en apariencia incomprensible; de Eslovenia a Macedonia, en un itinerario de sentido opuesto a las manecillas del reloj, a contratiempo de la democracia y de la libertad, la mentira nacionalista y la manipulación de la opinión publica mundial alimentan el odio de los actores y la complicidad de los espectadores de un drama que debe terminar, aunque no se vislumbre su fin.