En su afán por salir de la isla, X consigue una autorización en un Iberia desprogramado y defectuoso. A su llegada a España encuentra que, en el extranjero, se puede hacer de todo aunque se carezca de los conocimientos para ello. Muy pronto encuentra trabajo de 'sobresaliente' sin que nadie le explique en qué consiste esa profesión y su peculiar traje de luces. Por su parte, Armando, un escritor censurado descubre que la peor censura es la que se impone uno mismo. Intenta salir de su exilio particular pero Sara Inés, su mujer, se lo impide declarándole una guerra catatónica de la que le es imposible firmar un armisticio. Dagoberto, por otro lado, funcionario del MININT advertido de su debilidad ideológica ve cómo las vidas de las personas se convierten en expedientes subjetivos en manos de Migdalia. Jamás pensó que resolvería su situación dirigiendo el departamento 10 de la Seguridad del Estado Al final, todos hacen como Treviche y Wilfredo y terminan por apagar la luz y salir al escenario de la vida dejando atrás las dudas y neutralizando las incertidumbres revestidos de verdades enteladas de juicios puros en el más fresco guarandol hilado del trópico; guarandol galante; guarandol de a peso alejado del fuerte hilo de dril; de algodón crudo capitalista de antaño.