Toda ""crisis"", sea cual fuere su naturaleza, siempre nos recuerda que en nuestro transitar por la vida nada es eterno. Ni el éxito ni el fracaso. Está en nosotros administrar eficientemente el aprendizaje de la tormenta que nos toca abrazar en algún momento. La única certeza absoluta es que si enfrentas cualquier prueba, por muy dura que aparente ser, con el miedo en tu corazón, considérate el emperador de los derrotados. Toda batalla, toda ""crisis"", se debe enfrentar con la determinación absoluta del triunfador. Nada ni nadie puede superarte, si tú no lo permites. Tus capacidades, tus bendiciones y, sobre todo, tu deseo de reinvención, pasan a ser tus mejores guerreros ante la adversidad. Son las herramientas que te permitirán sacarle provecho a la ""crisis"". Además, recuerda que las ""crisis"" son necesarias para recordarnos que aún no hemos cobrado nuestro ""cheque de luz"".