¿Cómo valorar los actos? ¿Cómo valorar los propios sistemas de valoración? Pocas cuestiones más importantes e intrincadas ha podido plantear la filosofía. De su contestación depende la mayor o menor satisfacción que el hombre pueda encontrar en la vida, o sea, su felicidad. La densa e iluminadora Teoría de la valoración, de John Dewey, uno de los clásicos de la filosofía norteamericana, es el fruto final de años de indagación. En ella el autor aclara qué se ha de entender por «valoración», con qué otros términos y realidades se relaciona, y sobre qué fundamento se debe levantar todo sistema de valoración que aspire a ser válido. Para conseguir ese objetivo, Dewey piensa que se ha de atender a los factores naturales y culturales de la conducta, superar la creencia de que el «mundo de los hechos» y el «ámbito de los valores» están separados, y avanzar, en suma, hacia la conciliación de lo emocional y lo racional.