Campos de muerte. Geografía del mal no pretende ser un inventario de la crueldad, sino un fogonazo de la profunda vileza que caracteriza a nuestra especie. En sus páginas se desentraña la implacable evidencia de la sangre y las lágrimas derramadas por millones de deportados, víctimas del hambre, el agotamiento, las enfermedades o, simplemente, el asesinato. Campos de exterminio, torturas, experimentos médicos aberrantes, mano de obra esclava, inhumanas condiciones de vida. Crímenes como los del Holocausto, los cometidos por el régimen estalinista o los del Jémer Rojo, junto con las masacres y violaciones en la antigua Yugoslavia -entre otras barbaridades- constituyen monumentos a la infamia universal. Quienes piensen que la maldad del ser humano ha pasado a segundo plano encontrarán analogías que los dejarán sin aliento, y les entrará la duda de si cualquiera de estos horrores pueden volver a repetirse algún día. Estas elocuentes páginas de espanto y muerte ponen punto final a la trilogía que Miguel del Rey y Carlos Canales han dedicado al violento siglo XX, marcado por la tragedia de dos guerras mundiales.