El siglo XXI va a ser otro período de grandes migraciones, como lo fue el final del XIX y el principio del XX, y ello a pesar de la rápida globalización del comercio, de la inversión directa y la tecnología, y de la deslocalización de la producción que se está desarrollando al mismo tiempo. Son tres las razones de esta nueva ola migratoria. La primera es que los tres canales de globalización laboral -comercio, deslocalización y migración- están pasando de ser sustitutivos a ser complementarios. La segunda es que los costes de transporte de las personas, y por lo tanto el coste de emigrar, han caído aceleradamente. La tercera es que están aumentando los desequilibrios demográficos entre países desarrollados y en desarrollo, los primeros tienen una escasez creciente de mano de obra, por el rápido envejecimiento de su población, y los segundos un gran exceso de ella por la juventud de la suya, lo que hace que las diferencias de niveles salariales entre ambos sean crecientes. Esta globalización del trabajo está ayudando a reducir tales diferencias y a asignar la fuerza laboral mundial de forma más eficiente y también más equitativa, ya que la evidencia histórica demuestra que han sido los movimientos migratorios los que más han contribuido a mejorar la distribución mundial de la renta. El autor intenta explicar estos tres procesos de globalización del trabajo, muy especialmente el migratorio, de una forma sencilla y comprensible, sin por ello perder su rigurosidad y complejidad. Analiza a fondo las migraciones actuales y previsibles en el mundo futuro, cuáles son sus factores determinantes, qué efectos tienen en sus países de origen y de destino, qué problemas tienen los inmigrantes para adaptarse e integrarse en estos últimos y qué políticas son las más adecuadas para lograrlo. Finalmente, dedica dos capítulos a analizar estos mismos problemas en el contexto del reciente y rápido proceso inmigratorio en España.