La Unión Europea ha tenido, desde un principio, varios objetivos prioritarios. El primero ha sido consolidar la paz en Europa, tras dos guerras cruentas, lo que se ha conseguido con éxito. El segundo ha consistido en crear un poder económico de un tamaño suficiente como para ser capaz de competir con Estados Unidos por el liderazgo mundial y actuar como su contrapeso en las decisiones económicas y políticas internacionales. El tercero ha sido conseguir un modelo social igualitario, solidario y cohesionado que sea un ejemplo para el resto del mundo. De forma sencilla pero minuciosa, utilizando las estadísticas e informes oficiales de la Comisión Europea y de la OCDE, Guillermo de la Dehesa intenta demostrar en Quo vadis Europa? que el segundo y tercero de dichos objetivos no sólo no se están alcanzando sino que pueden empeorar en el futuro. La Unión Europea (UE) lleva ya cuatro décadas creciendo a una tasa anual promedio inferior a la de Estados Unidos y todas las estimaciones oficiales indican que va a seguir ocurriendo lo mismo en la próxima década. Aunque durante muchos años la UE fue capaz de mantener un crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB) por habitante mayor o similar al de Estados Unidos, a partir de 1990, debido al menor crecimiento de su empleo y de su productividad, está perdiendo dicho nivel de prosperidad relativa. Hoy el nivel de renta por habitante es un 30 por 100 menor que el de Estados Unidos, el mismo que hace treinta años.