<(><<)>b>El estoico Diodoro cree que el devenir histórico de la humanidad responde a un proyecto global y preconcebido de la divinidad. Esta visión de la Historia caló en el cristianismo y ha sido la predominante durante siglos en Occidente.<(><<)>/b><(><<)>br>Nacido a principios del s. I a.C. en la ciudad siciliana de Agirio, al pie del Etna, su condición de ciudadano acomodado permitió a Diodoro Sículo (o de Sicilia) viajar por Europa y Asia y dedicarse a su monumental proyecto: la composición de la Biblioteca histórica, un enorme compendio de Historia Universal con Roma como centro que incluía desde los orígenes de la humanidad hasta la época contemporánea al autor (concretamente, las campañas de César en las Galias). La intención de Diodoro, erudito formidable, era no sólo describir las grandes guerras y los imperios políticos, sino también aspectos geográficos, etnológicos, mitológicos, etc. La Biblioteca histórica responde, por tanto, a una concepción global de la Historia y de la cultura, concepción con la que Diodoro, hombre de ideas estoicas, quería demostrar que el devenir histórico de la humanidad responde a un proyecto, a un plan preconcebido por la divinidad. Esta visión de la Historia caló en el cristianismo y ha sido la predominante durante siglos en Occidente. Por otra parte, ese carácter universal de la Biblioteca la convierte en una obra de inmenso valor documental sobre los distintos pueblos de la Antigüedad (egipcios, persas, griegos, romanos, etc.).<(><<)>br>El primer libro trata casi exclusivamente de Egipto, cuyas historia y costumbres trata por extenso (con una descripción de la crecida del Nilo que es de las más completas que conservamos del pasado). En el II -Mesopotamia, India, Escitia, Arabia- y el III -norte de África- se abre mucho más el abanico temático, aunque también tienen cabida algunas incorrecciones.<(><<)>br>