Miguel Ángel Curiel es un poeta humanista y naturalista con una originalidad profunda y desestabilizadora, un poeta singular que mantiene una relación única e irrepetible entre los hombres y su vínculo con la realidad. Curiel reconquista la cualidad chamánica mediante una creatividad entendida como actividad espiritual. Cree que el ser -con su oscuridad, su instinto y su voluntad, su conocimiento- está en posesión del sentimiento universal capaz de sacar a la luz el conocimiento, los torbellinos inconscientes que germinan en el alma del hombre, pero también en el alma de la naturaleza. Esta poesía es tanto piel como sangre, nieve o ceniza, transparencia y luz, fuerza poética capaz de engendrar incesantemente nuevas energías. Un espacio de pensamiento vertical. ¿Cómo tener un pez vivo entre las manos? Frederich Schiller afirmaba que la belleza es esa forma que no exige ninguna explicación.