En nuestro país, la enseñanza de la modalidad oral del español como lengua materna se abandona generalmente a su adquisición espontánea por parte de los hablantes; no se ha actuado en este sentido de forma directa y programada, por más que en el desarrollo de las leyes educativas se hable con insistencia de su importancia. Con ser una ayuda importante la de los libros, vídeos y cursillos que con los títulos ""Hablar bien en público"", "" Cómo comunicarse bien en público"", ""Cómo hablar bien en público"", encontramos en librerías, páginas de internet, etc., no es suficiente, ni mucho menos. Y no lo es porque, al final, de lo que se trata realmente es del uso que seamos capaces de hacer de la lengua, esto es, de nuestra habilidad mayor o menor para encontrar el léxico apropiado, de nuestra destreza para formar las estructuras lingüísticas adecuadas, de nuestro conocimiento de las formas de relación que eviten reiteraciones impropias ( entonces...entonces...entonces...; y bueno...y bueno...), de nuestra manera de emplear las pausas o de nuestro conocimiento de los principios gramaticales, por aludir a alguno de los aspectos que permiten percibir si una persona habla bien o habla mal, más allá de que no tenga miedo escénico, de que gesticule correctamente o de que conozca las expectativas del auditorio. Y el conocimiento de tales destrezas exige un método, una práctica y una disciplina. Afortunadamente, en nuestros días, existe la posibilidad de abordar el aprendizaje del discurso oral desde nuevas perspectivas, puesto que a los tradicionales procedimientos de la Retórica han venido a unirse a otras materias lingüísticas y no lingüísticas preocupadas por la comunicación; esto hace más viable plantear una serie de propuestas de análisis cuya aplicación pueda contribuir al desarrollo de una enseñanza más adecuada y eficaz de la lengua oral. Y eso es lo que pretendemos con este libro.