Fuenterrabía, 1943. Ante la inesperada visita de Franco siete mujerestienen siete días para poner a salvo a un piloto inglés.«Es así comonos quieren. Anuladas. Con miedo y vencidas. Muertas Pero, por suerte, todavía estamos vivas».Fuenterrabía, 2 de septiembre de 1943. Miren Mendiola recibe en surestaurante a diez comensales misteriosos. «Gente importante», sedice. Todavía no sabe que se reúnen para preparar la inminente visitade Franco, y que entre ellos está el hombre que protagoniza suspesadillas.«Todo va a salir bien», se dice Arancha, la hija adolescente de Miren, en sus visitas al piloto inglés escondido en la buhardilla de la casa de los sauces. Esperan que la Red Comète se reorganice para llevarloal consulado de San Sebastián. El tiempo apremia y los serviciossecretos alemán e inglés lo buscan, así como un miembro de la BrigadaPolítico Social.«Cada vez hay más gente al otro lado», se dice Carmen, la más pequeñade la familia Mendiola, mientras los acontecimientos se precipitan ytodo se desmorona. Entre juegos y conversaciones la niña inventa a los ausentes, a los muertos que en su mundo conviven con ellas, lasmujeres que la rodean, las vivas.Llena de tensión, de luz y penumbra, de amor y consternación, Lasvivas vuelve al territorio de las vidas violentadas por la guerra para contar una historia de supervivencia, coraje y dignidad.Los lectores opinan«Las vivas es una historia de mujeres reconocibles, abuelas, madres,amigas, compañeras. El destino las une. También la complicidad. JuanaCortés te hace participar de esta aventura, sin darte tregua», BenttuAmunarriz.«Hacía mucho tiempo que un personaje no me emocionaba tanto como lo ha hecho Luisa en Las vivas, a la vez que el ritmo frenético de lahistoria no me dejaba parar de leer», María Frisa.«Las vivas, una novela que te atrapa desde el principio. Suspense,emoción y unos personajes magníficos que seguirán contigo después deacabar el libro», J. A.«Juana Cortés demuestra su maestría tejiendo tramas y nos invita a unviaje inolvidable en un momento histórico convulso», María Luisa.