El 27 de junio de 1995 a las 7:00 horas aproximadamente de la mañana, el empresario zaragozano Publio Cordón salió de su domicilio para correr como lo hacía todos los días. Se despidió de su mujer, Pilar, con un abrazo y un: «¡hasta luego Pilar. Volveré pronto!». Ya nunca más se volvieron a ver. Comienza así un relato emocionante en el que Carmen, la hija mayor del empresario, hace una reconstrucción de los terribles acontecimientos que se van sucediendo. Publio Cordón fue secuestrado por la banda terrorista de los Grapo en las proximidades de su domicilio y conducido hasta el sur de Francia donde fue encarcelado en un pequeño zulo de 2 metros y en unas condiciones infrahumanas. Paralelamente, vamos conociendo el calvario que comienza a vivir la familia que tiene muy reciente la muerte en un trágico accidente del único hijo varón, también llamado Publio. En los primeros momentos de la desaparición la situación es de desconcierto e impotencia ante la pasividad de la policía y del gobierno del Interior de Juan Antonio Belloch y que será la tónica general de su actuación a lo largo del secuestro. Los secuestradores piden un rescate de 1.000 millones de pesetas, cantidad que la familia no puede reunir pues la situación financiera de las empresas no es buena. Consiguen negociar que sean 400 millones y que el pago se haga en París. Hasta allí viajan Carmen y su esposo y entregan el dinero a los miembros de los GRAPO Enrique Cuadra Echeandía y Fernando Silva Sande. Pero Publio Cordón nunca fue entregado a su familia. En este libro se desvela, por primera vez, lo que ocurrió realmente.