Este libro es la obra póstuma de Francisco Contreras Molina. Escrito durante la enfermedad que finalmente lo llevó a la muerte, en él da testimonio del cambio que produjo en su vida el cáncer que le detectaron. Un testimonio que paradójicamente le hace decir: ""El cáncer me ha dado la vida"". No es casualidad que la última palabra del libro, la que lo cierra -a la vez que a Paco le abre a la eternidad-, sea ""Padre"". Sin duda, a su autor le hubiera gustado ver en la cubierta de este libro suyo un detalle del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro, tan querido por él. En concreto, el detalle que se fija en la mano de María, que sostiene y acoge amorosamente las del Niño. También la vida de Francisco Contreras se encontró envuelta -ahora ya en plenitud- entre las manos amorosas y acogedoras del Padre. Un destino en el que participan todos los hombres y que el autor de esta hermosa obra se encarga de proclamar, de la forma que solo él sabía, a los cuatro vientos.