En un tiempo en el que proliferan los libros contrarios al fenómeno religioso, en los que se esgrime la ciencia como prueba más fehaciente de la no existencia de Dios, una de las luminarias científicas más grande del planeta, el genetista Francis S. Collins, líder durante más de una década del Proyecto Genoma Humano, se descuelga con un argumento precisamente contrario: el tránsito del ateísmo a la fe, guiado de la mano de la razón y el progreso científico. A lo largo de las páginas de ¿Cómo habla Dios? y basándose en su trayectoria personal, Collins reconcilia lo que para muchos son dos polos completamente opuestos: la rigurosidad de la ciencia con la creencia en un Dios trascendente o la fe como elección enteramente racional con principios complementarios a los de la ciencia. El científico estadounidense reivindica la coexistencia dentro de una misma persona de las dos perspectivas, la científica y la espiritual, cada una con su propio lenguaje y su propio dominio de exploración, y ambas fuente de profundas revelaciones.
Para llegar a ese punto de armonía a priori imposible, Collins analiza en este texto revelador algunas de las principales argumentos que se han planteado en contra de la existencia de Dios y teorías más o menos polémicas como las del creacionismo, el diseño inteligente o la evolución darwinista, a la luz de los saltos revolucionarios que se han producido en el campo de la ciencia en los últimos años, ya sea en lo referente al origen del universo o de la vida en la Tierra, o de los misterios que encierran la molécula del ADN y la codificación del genoma humano, campo en el que él es una autoridad mundial. Su conclusión es lo que él llama BioLogos, una teoría que integra armónicamente ciencia y fe, en la que se acepta plenamente el proceso de la evolución y la selección natural, pero también la unicidad del ser humano, cuya naturaleza está inseparablemente ligada a fenómenos como la existencia de una ley moral o la permanente búsqueda de Dios.