Ambientada en la Barcelona de los años cuarenta y cincuenta, Jordi Coca retrata enBajo el polvo la opresiva realidad de la posguerra a través de los ojos de un niño. Las relaciones familiares -y en particular la relación con la figura del padre- articulan un relato de fuertes resonancias autobiográficas en el que la coyuntura social del momento encuentra su preciso reflejo interior en las cuitas del protagonista, dividido entre la fidelidad a su entorno y las ansias de una vida distinta. La consolidación de la amistad y la asunción de la diferencia, el paulatino descubrimiento del mundo a través de la literatura y la dimensión verdadera de la realidad son algunos de los motivos principales de esta singular novela de formación, que viene a confirmar el peso de su autor en la narrativa europea contemporánea.