Según Lluís Duch, en un tiempo como el nuestro, tan marcado por lo positivo y tangible, la sabiduría resulta imprescindible para que el ser humano mantenga las razones de vivir. Necesitamos no solo interpretaciones o teorías, sino también narraciones sapienciales que nos proporcionen lenguajes cordiales, para que nuestra existencia pueda abrirse al más allá de la vida cotidiana.En una narración, un yo, un sujeto, es decir, una conciencia autónoma y libre, recurre a la ficción para contarnos su experiencia. Este libro ofrece un conjunto amplio y variado de esas ""narraciones"", resucitando viejos y bellos textos que nos dan pautas narrativas para orientar la vida. No es un libro de cuentos, sino una colección de formas de contar la vida que se han ido dando a lo largo de nuestra historia. Por estas páginas desfilan los relatos de nuestra realidad que hacen las religiones, ya sea sobre sus orígenes (el Génesis), o sobre el misterio fundante desde la mística del hinduismo, o desde el silencio sobre ese misterio del budismo, el taoísmo o el confucianismo. También recoge la experiencia de fe tal como nos la han narrado tres creyentes: Abrahán, Francisco de Asís y Juan de la Cruz. Y en un sorpresivo giro se nos ofrecen ""las narraciones religiosas del ateísmo"", tal como nos las han trasmitido los maestros de la sospecha: Freud, Marx y Nietszche. A través de todo este itinerario va decantándose una profunda intuición: las narraciones, es decir, la experiencia religiosa de un sujeto que recurre a la ficción para comunicar lo vivido por él al entrar en relación con el misterio último, nos acercan a un Dios más testigo que maestro, más cercano al sufrimiento silencioso de los humanos que presente en manifestaciones de poder constantiniano.