La fábula mística estudia una figura histórica de la mística cristiana. Figura pasajera organizada en torno a las relaciones entre un sujeto hablante, una palabra y una institución, cuando se desgarra el mundo de las certidumbres medievales, cuando la fe se vuelve combate y pregunta, cuando el orden tradicional se desmorona y se abren mil otros lugares para restaurar la comunicación espiritual. Ardiendo por el amor de Otro, el sujeto (a menudo femenino) dice su deseo de un imposible encuentro a través de las sorpresas y violencias de un relato de éxtasis, de gracias y de heridas. La manera de decir le importa más que lo dicho, y su palabra se hace música, poema, diálogo y fábula. Asociados a las imágenes perturbadoras del loco, el idiota, el niño, la mujer o el peregrino, los místicos se refieren y se sustraen al poder de la institución eclesial, arrebatados por un movimiento que es transporte, pasión, pero también «vida común de la fe».