«Estábamos tan cerca el uno del otro que, de levantar un poco mi mano izquierda, no habría tenido el menor problema para tocarle el culo. Con todo, y a pesar de haber sido yo quien le fichó desde el principio de la noche, ahora sé que no me hubiera atrevido ni a rozarle. En cambio, sin hacer ruido, él había extendido el brazo hacia atrás, y ahora su palma tibia me acariciaba la cadera, mientras las yemas de sus dedos dibujaban diminutos arabescos sobre la tela de verano del pantalón de mi traje, en un roce sutil y excitante...».
Así describe Pablo Castro, autor de esta magnífica novela, el primer encuentro entre sus protagonistas: Dos atractivos jóvenes acostumbrados a recibir dinero a cambio de sus irresistibles favores, ofrecidos siempre a aristócratas, millonarios e importantes hombres de negocios de la alta sociedad, que verán tambalearse sus vidas al iniciar una relación entre iguales, para la que ninguno de ellos estaba preparado:
«Bajo aquella fachada latía un obstáculo insalvable: Ambos habíamos sido siempre el amado. Siempre había sido otro el que nos deseaba, el que se moría por nuestros suspiros y empeñaba lo que no tenía por satisfacer los más nimios o extravagantes caprichos. Ambos estábamos acostumbrados a exigir, y a dejarnos querer». Lo que comienza siendo una hermosa historia de amor tras las puertas de suites de lujo, desembocará en una escalada de crueldades entre amantes incapaces de manejar sus sentimientos. Una apasionante viaje repleto de cruceros, yates, restaurantes, hoteles caros y sobre todo, calor, mucho calor a orillas del Mediterráneo.