«La misión de la Iglesia no se agota en el "depositum custodi", en laguarda vigilante y en la contemplación narcisista de la Verdad. Cristo ordenó a sus Apóstoles de modo imperativo: "Id y enseñad". LaIglesia, tiene, pues, otra misión que cumplir, la difusión de laVerdad. La tarea evangelizadora no es algo yuxtapuesto y accidental en la Iglesia. Está en su propia esencia, en su razón de ser. LaIglesia, puede decir de sí misma, como nos recuerda Pablo VI "¡ay demí si no evangelizare!»Blas Piñar, 18 de octubre 1.965Ante nosotros hallamos nuestra misión: rehacer el espíritu cristianoen nuestra tierra, conquistar nuevamente para Cristo a las nuevasgeneraciones de españoles, a todos los hombres y a todas las mujeresde España, para de nuevo, en la histórica y eterna misión hispánica,lanzarnos a evangelizar, predicando con la palabra y con el ejemplo,la hermandad universal de los hombres de Cristo, en Cristo.Nosotros, los que hemos sido llamados, los que estamos impregnados dela sabia divina de Dios, tenemos que ser imitadores de Cristo, porqueél vino a santificar y a salvar nuestras almas, es decir a hacerapostolado para que el mundo entero conozca la verdad y sea salvo.Y para conseguirlo, no distorsionaremos el mensaje de Cristo, porqueal igual que San Pablo de Tarso no acomodó el Evangelio al gusto delos romanos y los atenienses que convirtió al cristianismo, así,nosotros no subyugaremos nuestra verdad milenaria a la ventoleradisolvente de la agenda 2030, a la ideología feministas, a la de losherejes, a la de laicos, a la de los ateos, a la de los comunistas, ala de los liberales, etcétera, sino al contrario, aprovecharemos labrisa del cambio para construir molinos de esperanza y esparcir elperfume purificante y salvador de nuestro Redentor uno y trino, elúnico verdadero.