El movimiento de los cristeros, es poco conocido fuera de México, ytuvo sus precedentes en el siglo XIX y un fuerte auge en el siglo XX.Comenzó en México como reacción de los católicos ante la prohibiciónde practicar públicamente sus tradiciones y su fe. Para entonces, lamayoría mexicana era católica por convicción, gracias a la presenciaespañola. Al lograr la Independencia, la masonería anglosajona impulsó en México un movimiento laicista y abiertamente anticlerical con elque pretendía hacer depender a México, política y económicamente, deEstados Unidos. Para esto, la clase política debía unirse a la logiadominante. Las leyes de Lerdo de Tejada, hacia la mitad del siglo XIX, dispararon la política anticatólica: cerraron centros de enseñanzareligiosa y quitaron los confesionarios en las iglesias. Al verseprivados de su libertad, católicos de todo el país se organizaron como una oposición armada y fue reducida militarmente. Posteriormente,Carranza, Obregón y Elías Calles impulsaron leyes mucho másrestrictivas y se marcó un límite al número máximo de sacerdotes quepodía haber en cada zona. El