La competencia global y la difusion de la tecnologia de la informacion estan reorganizando el trabajo en torno a la gestion descentralizada, la individualizacion del trabajo y el empleo a corto plazo y a tiempo parcial. Cada vez mas los trabajadores deben ser capaces de cambiar de empresa, incluso de ocupacion, a medida que se redefinen las funciones de los empleos. Pero la flexibilidad laboral tiene un precio. Separa a los trabajadores de las instituciones sociales -familia, empleos a largo plazo y comunidades estables- que en el pasado sirvieron de apoyo a las expansiones economicas, asi como al cuidado y desarrollo de la siguiente generacion, proceso que se ve exacerbado por la tendencia en aumento de las mujeres a incorporarse al trabajo retribuido. Si no se quiere ver amenazados el crecimiento economico a largo plazo y la estabilidad social -sostiene Martin Carnoy-, serian necesarias nuevas instituciones integradoras para hacer socialmente sostenible la nueva economia.