La primavera española de Francis Carco resultó ser un retrato de los bajos fondos de España a finales de los años veinte del siglo pasado. Una idea de la moda por este país en esos tiempos la da el hecho de que Carco publicara de forma simultánea en el mismo mes de marzo de 1929 Huit jours a Séville (?Ocho días en Sevilla?) y este Primavera de España, que incluye íntegramente el primero. A su larga estancia sevillana, Carco añade por delante su llegada a Madrid y sus visitas a Toledo y Cádiz y por detrás sus estancias en Granada, Córdoba, El Escorial y dos capítulos en Barcelona (en los que intenta establecer proximidades con los ambientes artístico y barriobajero del París ya tantas veces narrado por él mismo). Cierto que intercambia comentarios de desencuentro con la literatura francesa precedente sobre España (Gautier, Talon, Barrès?) y presenta un acertado interés por el arte español, pero, como no podía ser de otra manera, primó su querencia por el callejón oscuro y la vida golfa. Y aunque este libro suscitara el escándalo en la prensa española, realmente respondía a un tipo de literatura canalla con la que Carco hizo toda su carrera de escritor. Indudable es que con este libro se hizo uno de los más acertados y avezados retratos de esa tan ansiada y auténtica noche española.