Eudald Carbonell y José Maria Bermúdez de Castro nos relatan los orígenes del proyecto a fiales de los años setenta, la triste situación de la ciencia en aquellos años, la formación de los sucesivos equipos de investigación, el entusiasmo que provoca cada uno de los hallazgos, la belleza de los parajes naturales que rodean al lugar de la excavación y las innumerables anécdotas que jalonan los largos años de investigación en Atapuerca: la desaparición de huesos del museo de Burgos, los problemas causados por unas pruebas con explosivos cerca del yacimiento arqueológico, la simpatía y ganas de colaborar de los lugareños, las juergas nocturnas del equipo, las visitas de personalidades como el Príncipe de Asturias o relevantes políticos.
De la mano de estos dos científicos descubrimos las entrañas y las bambalinas de uno de los proyectos científicos de mayor envergadura llevado a cabo en nuestro país.