Se aborda en este libro un estudio sobre la introducción de la ciencia experimental en la Universidad de Sevilla, así como sobre su desarrollo a lo largo de los dos últimos siglos, tratando de llenar un vacío existente sobre la actividad científica -investigadora y docente- en Andalucía en este período. El trabajo realizado arranca a fines del siglo XVIII, momento en el que se manifestaban en la Universidad hispalense, aunque con retraso, las primeras inquietudes científicas modernas. Y termina en la década 1970-80, cuando las enseñanzas científicas han quedado suficientemente consolidadas. El conocimiento de estos hechos y los datos obtenidos permiten extrapolarlos, con las lógicas matizaciones, a otras universidades españolas de parecidas características, y puede arrojar alguna luz sobre lo que ha sido la actividad científica española en los últimos ciento cincuenta años fuera del ámbito de Madrid.