El mundo, tal como es, no debería existir. La vida no debería existir. ¿Por qué las Leyes Físicas son precisamente aquellas que hacen posible la vida y la conciencia, si la probabilidad de que sea así es prácticamente nula? Tiempo hubo en el que Dios creador fue la confortable respuesta al origen de mundo, vida y conciencia; pero hoy, obviada por el método científico la acción de Dios, es idea generalizada que la existencia de vida y mundo deviene de un accidente: del azar. Dios creador es en nuestro entorno europeo un meme en regresión. Sin embargo los avances en el conocimiento de la estructura íntima del universo y de la vida, asocian una improbabilidad extrema a que el origen de la información que contienen (la Causa del mundo en suma) sea el azar. En tal contexto el presente ensayo obra en el afán de la búsqueda -mediante el método positivo- de otra Causa del Mundo diversa tanto al azar que propone el materialismo como a la acción de un Dios revelado de existencia incompatible -estrictamente por su propia naturaleza de revelado- con el método científico. La sonda Willkinson ha ratificado en el 2003 que la energía total del universo es nula. En tal contexto, bajo la realidad -en la trama más íntima de lo observable- no subyacería nada diverso a la información precisa para describirla. Se concluye la plausible existencia de un agregado de información -Extropía- que constituiría lo observable y sería a la vez su causa. Este agregado de información -la Extropía- estaría codificado fuera del espaciotiempo en expansión y sería a la vez el Omega de la evolución de la conciencia. Tal contexto, conformaría para la Realidad la más maravillosa estructura concebible: la propia estructura de Dios.