"Ésta es la historia que no pude o no supe escribir en su momento. Podría pensarse que si no fue escrita entonces, ya no tenga sentido hacerlo ahora, pero aquí estoy, sin otra posibilidad o eso quiero creer. Los dedos se deslizan sobre el teclado produciendo un sonido adormecedor, semejante al de la lluvia. Es normal. No hay nada más parecido a un sueño, nada más similar al hecho de contemplar la lluvia, que un viaje al pasado, al propio pasado. Así pues, esto es el inicio de un viaje que concluirá en esta habitación, con un hombre que soy yo escribiendo algo que podría decirse que es su historia." Así arranca esta novela, la historia de alguien que deja su casa en busca de esa cosa brumosa que no siempre acertamos a explicar. ¿Un lugar en el mundo? ¿Aventura? ¿Simple distancia? El protagonista, al ver que su presente está perfectamente encauzado hacia una vida más o menos acomodada, decide dar un cambio brusco a las cosas y, contra la opinión de todos, acepta una oferta de empleo que lo llevará a las Islas Canarias. Allí conocerá a una mujer especial, una mujer desconcertante con la que no tardará en iniciar un romance, pero ya se sabe: "Estas mujeres que nos parecen diferentes a las demás suelen ser las más peligrosas, las que nos cambian la vida y casi nunca para bien". Estamos ante un libro que nos describe un viaje iniciático, de aprendizaje y delirio, de perdición y conocimiento. Tal vez, simplemente, no sea más que el intento de cartografiar el final de la juventud.