La Universidad ha sido fuente inagotable de arquitecturas de calidad. Su trascendencia como institución social, así como las recientes dinámicas que impulsan su modernización, recomiendan que se dedique un esfuerzo específico a la optimización de los denominados "Espacios del Saber". Para contribuir a tal objetivo, el presente trabajo enfatiza la importancia de la Composición Arquitectónica como materia esencial para la praxis proyectual, centrándose en los conjuntos y piezas de la Educación Superior. A tal fin, despliega tres directrices estrategias, engarzadas por la experiencia del autor, en docencia, investigación y diseño: enlazar la disciplina de la Composición con la Arquitectura educativa; mostrar resultados de investigaciones sobre tipologías universitarias y, finalmente, generar metodologías docentes destinadas a analizar y proyectar arquitecturas de calidad. Cabe esperar que el fruto de este esfuerzo sea que tanto el estudiante como el profesional de la Arquitectura se valgan de la Composición Arquitectónica como disciplina capaz de optimizar los procesos de ideación y recualificación de la dimensión urbanístico-arquitectónica de la Universidad.