La que estaba llamada a ser una de las ciudades universitarias más bellas y prometedoras del mundo, se convirtió, por una broma macabra del destino, en el peor «campus» de batalla de la Guerra Civil española. Durante casi dos años y medio, las armas aplastaron aquí a las letras, las trincheras levantaron la piel de modernas instalaciones deportivas y bellos jardines, y las botas de recios soldados atronaron por las galerías, pasillos y aulas de unas facultades concebidas para ser el espejo de una España mejor: Arquitectura, Filosofía, Agrónomos, Medicina..., dejando a su paso un reguero de muerte y destrucción. Pasados tantos años y tantos libros sobre la contienda, nunca una obra se había planteado el reto de intentar al menos una historia global de lo que aquí ocurrió durante esos tremendos meses y de la paradoja que representó tener una guerra de posiciones tan cruda como la de la Gran Guerra a las puertas de la capital de España. El peor de los azotes -una lucha fraticida- instalada meses y meses enla Ciudad Universitaria de Madrid.